Saturday, December 27, 2008

Aquel dia, amanecio.


Me dolieron sus palabras,
sus lágrimas anudadas a esas frases imparables,
me ardieron los ojos como cuando no duermes
y quieres dormir - no pensar-

Me dolió el verbo repetido sonando a su voz,
sus preguntas
sus incongruentes esperanzas,
su pesada debilidad por mí.

Me dolió dentro,
como golpe certero de navaja,
como accidente de hoja de acero
dividiendo mi carne,
me dolieron sus ojos ,
sus labios húmedos por las lágrimas,
pero, pero, pero…

Yo que dije?
Qué podía decir?

Dios!
por qué no atine a decir algo?
Por qué lo deje ir ?


Es de día
como si el día tuviera algún perdón que darme,
como si amanecer tuviera destino
o espacio,
y sigue la luz caminando,
amanece,
amanece sin piedad.



Aquel dia te perdi
y perdi una parte mia.

May

Thursday, December 18, 2008

Julio...






Vacío,
sólo,
ni mi julio,
ni mañanas,
ni mi despertar,
ni tú mudo amor entre los verbos,
ni tus muslos, ni tu cara,
ni tus besos, ni tu sexo,
ni el aroma de los años,
ni el engaño,
ni tu vida, ni la mía
ni tus ojos -ay, tus ojos-
sólo carne,
sólo sin tus míseros misterios,
solo en julio,
solo en julio…
Francisco Lechuga Mejía











En ese redúndate julio alejado,
aquel de algunas lluvias,
el de la inconsciente angustia de tu huída,
y en él siguen levitando
las sombras de tu ausencia,
y no hay figura de tu espalda,
no hay palabras,
no hay ecos,
ni tu voz.
Tu inconsciente voz
que poseía el delito
de dejarme inmóvil.

Y aún no vienen después de tu ausencia
las frases que nunca admitiste,
las palabras que te dije en aquel mes,
cuando era julio,
y este se repite aunque pase el tiempo.

Parece de ayeres el seguir trayéndote a mí,
parece de tontos
regresar y añorarte como siempre,
aun en tu misma presencia,
mi manipulable ser
nunca quedaba en tierra
para que pudieras verme.

-Y no me viste-
-Y no entendiste-



Era tan factible decir algunas letras,
destilar de tu cadera la elocuencia de mis versos,
aunar a las cadenas de mi soledad tan sola
tu personalidad tan definitiva.

Nunca fue en mi alcance
alcanzarte a ti,
toda completa,
ni siquiera la mitad,
me quede escribiendo,
escribiéndote lo que aun sigues sin leer.







Disculpas por el atrevimiento.

Mi maestro y complice,

Francisco Lechuga Mejia.

Saturday, December 6, 2008

Repeticion de ausencia

Moria de ti,
de la sal de tu ausente cuerpo,
de las manos que respiraban
- huellas en mi cuello-
de las noches que venian contigo
y en ese momento no estaban,
moria reiteradamente dentro del sonido fijo
y brillante del mar,
moria de la sed de tu sombra,
de la gloria de tu aroma,
de las gotas de rocio deslizando por tu espalda,
moria mil noches,
millones de noches,
segundos infinitos de noches en que no venias.

Ahora muero de los caminos indelebles
que vas dejando en mi cuerpo.

-De la aurora que comienza su luz en tus ojos.-


...