Moria de ti,
de la sal de tu ausente cuerpo,
de las manos que respiraban
- huellas en mi cuello-
de las noches que venian contigo
y en ese momento no estaban,
moria reiteradamente dentro del sonido fijo
y brillante del mar,
moria de la sed de tu sombra,
de la gloria de tu aroma,
de las gotas de rocio deslizando por tu espalda,
moria mil noches,
millones de noches,
segundos infinitos de noches en que no venias.
Ahora muero de los caminos indelebles
que vas dejando en mi cuerpo.
-De la aurora que comienza su luz en tus ojos.-
...
Saturday, December 6, 2008
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment